Push Braces - Injuries - Ankle Injury

Pie

Nuestros pies tienen la ardua tarea de soportar una carga muy pesada: todo nuestro peso. Además, están siempre en constante movimiento. Por eso no es de extrañar que los problemas en los pies sean algo de lo más común. Dos grandes protagonistas de estas dolencias son el espolón calcáneo (fascitis plantar) y el pie caído (es decir, paresia en la elevación del pie). A pesar de tener causas y efectos diferentes, ambas pueden entorpecer bastante el normal desarrollo de nuestras actividades diarias.

Espolón calcáneo (fascitis plantar)

El espolón calcáneo implica la pérdida de calidad en la banda de tejido que hay debajo del pie (la fascia plantar). En condiciones normales, esta sólida banda de tejido conectivo se encarga de mantener el arco plantar en su sitio. Sin esta banda de tejido, el pie se hundiría hasta hacerse completamente plano.
Ejercer presión de forma continuada sobre el pie, por ejemplo, por estar mucho tiempo de pie o por caminar con mucha intensidad, puede acabar sobrecargando esta banda de tejido conectivo, lo que puede provocar daños menores, una elasticidad reducida o, en última instancia, dolor debajo del talón: el espolón calcáneo. Lo que provoca las molestias es el debilitamiento de la banda de tejido conectivo, que ya no puede soportar correctamente la fuerza de los movimientos. El tratamiento del espolón calcáneo suele incluir descanso, ejercicios de estiramiento y de mejora de la elasticidad, plantillas ortopédicas u ondas de choque.

Pie caído (paresia en la elevación del pie)

El pie caído es una afección que implica no poder elevar bien el pie a la hora de caminar, lo que hace que se acabe arrastrando en el suelo la parte delantera del pie o que "golpee" el suelo a cada paso. El origen está en un fallo en el nervio peroneo, que es el encargado de controlar los músculos que levantan el pie.

Las causas del pie caído pueden ser muy variadas. Por ejemplo, puede deberse a un nervio pinzado en la zona lumbar (hernia), a la compresión continuada del nervio en la articulación de la rodilla o a una enfermedad neurológica como la esclerosis múltiple o un ictus. En función de la causa, el pie caído puede ser temporal, aunque a veces es permanente. Las órtesis de tobillo y pie (AFO) suelen ser una solución muy común, ya que sostienen el pie a la hora de caminar y evitan que se hunda y golpee el suelo.

Conclusión

Tanto el espolón calcáneo como el pie caído afectan enormemente a la movilidad y la calidad de vida. La buena noticia es que hay opciones de tratamiento eficaces con las que aliviar las molestias y sostener el pie. Si las molestias persisten, recomendamos acudir lo antes posible a la consulta médica para evitar que el daño vaya a más.
 
Anatomie van de enkel
Imagen 1: Anatomía del pie